La vida cotidiana son hechos que acontecen constantemente, con la responsabilidad de las causas que contraen consecuencias positivas o negativa para uno mismo. La sociedad actual se desarrolla enfrentándose a retos donde sus individuos tienen que sobrevivir.
Las empresas trabajan sobre un producto o servicio que desean ofrecer, para ello promocionan mediante la publicidad que puede o no mantener una responsabilidad ética hacia su cliente por lo que vende, teniendo como objetivo principal, satisfacer a sus ganancias; este podría ser un ejemplo de lo que una empresa mediante el MKT ofrece, sea real o no.
Alguna vez te has preguntado, qué pasa en realidad en un lugar que deseas visitar, cómo es que pueden promocionarte un destino turístico pero cuando te encuentras sobre ese lugar y no es lo que esperabas, bueno, se ha encontrado una delgada línea entre dos casos que son unos de conflictos presentes en la venta y promoción de un destino turístico, la presencia de la omisión y la mentira.
Puede ser confundible una omisión y una mentira, como puedes diferenciar estos en un hecho real, quién es el perjudicado, a quién le favorece. La mentira, por su definición (RAE), es la expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa, o bien, equivocación material en escritos o impresos; desde una la perspectiva oficiosa, la que se dice con el fin de servir o agradar a alguien. La omisión, dice su enunciación, abstención de hacer o decir, o falta por haber dejado de hacer algo necesario o conveniente en la ejecución de una cosa o por no haberla ejecutado.
Puedo partir de la idea, que ambas concepciones surgen de acuerdo o en beneficio de quien las efectúa, el perjudicado va ser quien la recibe y la acepta. Dentro del MKT Turístico, cuando se necesita de su fomento, por ejemplo una agencia, para con sus clientes les dirá lo bueno y conveniente que es el lugar, los clientes tienen la decisión de tomarlo o no; aquí encontramos dos perspectivas, a simple vista; como empresa, el producto debe ser vendido, sin importar cometer una omisión a la hora de promocionar; como cliente, uno tiene el deseo de conocer el lugar, se genera un pago por conocer ese lugar, por lo que uno considera el derecho de saber lo positivo e incluso lo negativo que tiene el destino turístico. Ambas posturas hacen que uno pueda considerar una omisión a una mentira, pero como sabemos, no todo es verdad como no todo es mentira. Considero que esta línea se separa de acuerdo a la circunstancia o postura te encuentres, siempre podrá existir este dilema, pero al final uno defenderá a lo que le convenga.
La publicidad hará lo que tiene que hacer, sea verdad o real, o no, el espectador está allí para consumir, aunque siempre se hace atento recordatorio; adquiere lo que realmente te es necesario, visita cuando tengas esa oportunidad, modera tus consumos, selecciona la publicidad que te sea más natural y real.
Información disponible en:
Tus ejemplos me parecen muy adecuados. Reitero que escribes a partir de muchas ideas que tienes y eso te ayuda mucho a la redacción. Bien hecho.
ResponderEliminar